Podemos definir una familia disfuncional como un sistema familiar donde los conflictos, conductas inadecuadas y, en muchos casos, el abuso o la negligencia emocional por parte de padres o cuidadores ocurren de manera constante y prolongada. Este tipo de dinámicas suelen surgir de la unión de adultos con problemas no resueltos, como la co-dependencia, adicciones, trastornos psicológicos no tratados o patrones de comportamiento heredados. Los niños en estas familias suelen percibir estas situaciones como “normales” porque son las únicas referencias de convivencia que conocen.

 

CARACTERÍSTICAS DE LA FAMILIA DISFUNCIONAL

En las familias con alta disfuncionalidad, existen reglas no expresadas que ayudan a perpetuar patrones tóxicos y generan un ambiente opresivo. Algunas de estas características son:

Características principales de las familias disfuncionales
  1. Silencio y represión emocional: Se ignoran o reprimen los problemas, generando un ambiente donde los sentimientos, especialmente los negativos, no tienen cabida. Frases como “No seas tan dramáticX” o el uso del silencio como castigo son comunes y actúan como barreras que inhiben la expresión emocional.

  2. Evitar el pensamiento crítico: Pensar o expresar opiniones que contradigan la norma familiar es visto como una amenaza. Esto limita la autonomía y el desarrollo del pensamiento crítico, especialmente en los niños, que crecen inhibidos para cuestionar o reflexionar sobre su entorno.

  3. Resistencia al cambio: Los miembros de la familia suelen evitar cualquier intento de modificar sus dinámicas, priorizando la estabilidad, aunque esta sea disfuncional, por encima del bienestar emocional. Aquellos que buscan cambiar suelen sentirse aislados o rechazados.

  4. Ausencia de límites y respeto: Las familias disfuncionales tienden a no respetar los límites individuales, y la empatía suele estar ausente. Esta falta de respeto mutuo impide el desarrollo de una convivencia sana y funcional, creando un clima de desconfianza y hostilidad.

 

Evitar los conflictos es algo así como una especialidad de este tipo de sistemas familiares. En ellos la comunicación es muy deficiente y la asertividad brilLa por su ausencia. El silencio se usa para castigar, manipular y generar tensión, sensación de peligro. Además se combina con frases del tipo «No pasa nada», «Tú verás» o «Haz lo que quieras» que entran en disccordancia con el lenguaje no verbal creando una fuerte y destructiva disonancia en los otros miembros de la familia, especialmente lxs más pequeñxs.

Como te decía antes, encontrar el minimo rastro de conductas asertivas en las familias disfuncionles es realmente difícil. Es por ello que en muchas de ellas las reglas es que no hay reglas, no se defininen (y por lo tanto no se respetan) los límites de los demás. El derecho a ser tratado con respeto y dignidad se diluye a la velocidad de un azucarillo en un café. Como consecuencia directa de la ausencia de límites en el grupo, aparecen la falta de empatía y de regulación emocional de sus miembros.

 

CONSECUENCIAS EN LA VIDA ADULTA DE CRECER Y VIVIR EN UNA FAMILIA DISFUNCIONAL

Las familias difuncionales son, lejos de lo que se suele pensar, la norma más que la excepción. Es lamentable, pero es así. La buena noticia es que se puede trabajar en cualquier conducta disfuncional para modificarla. Es por ello que me gustaría que empezaras a pensar en otros términos. En lugar de hablar de familias disfuncionales o parentalidad tóxica, hablemos de familias con conductas disfuncionales y padres con conductas tóxicas.

Crecer en una familia en la que los padres o cuidadorxs no aprendieron en su día a reconocer y gestionar sus propias emociones, a comunicarse asertivamente, a respetar y entender al otro en lugar de juzgarle, criticarle, manipularle, humillarle y someterle, es complicado y puede dejar graves secuelas en la vida adulta de las personas. Los niños que viven en familias con conductas disfuncionales aprenden a defenderse del dolor que esto les genera con estrategias que también son poco funcionales: evitación, hostilidad, victimizarse, aislarse, no sentir…
Como cuando somos pequeños parte del aprendizaje que realizamos es vicario u observacional, las conductas toxicas y patrones disfuncionales de los padres son transmitidas a lxs hijxs sin esfuerzo alguno, es algo que sucede de manera natural. Más adelante las replicarán en sus propias vidas creando un círculo vicioso del que es bastante dificil escapar, pero no imposible.

 
Consecuencias de haber vivido negligencia emocional en la infancia

Los niños y niñas que crecen en familias con conductas disfuncionales a menudo llevan consigo, en la vida adulta, patrones de comportamiento que dificultan sus relaciones y bienestar emocional. Algunos de estos problemas incluyen:

  1. Relaciones tóxicas o insatisfactorias: Este punto abarca la dificultad para reconocer relaciones sanas y la tendencia a quedar atrapado en relaciones disfuncionales porque se consideran normales o se tiene una baja autoestima que lleva a pensar que no se merece algo mejor.

  2. Baja autoestima y autoconfianza: Aquí se incluye la falta de autoestima y seguridad en uno mismo, junto con la tendencia al perfeccionismo, que surge de una sensibilidad exacerbada al fracaso y a la necesidad de autoexigirse constantemente.

  3. Hipervigilancia y ansiedad social: Agrupa la falta de habilidades sociales, la etiqueta de ser “tímido o reservado” y la tendencia a observar a los demás antes de abrirse. También cubre la percepción de las relaciones en términos absolutos (todo o nada) y la necesidad de complacer a los demás por miedo al rechazo.

  4. Autosuficiencia extrema y perfeccionismo: Se refleja en la autosuficiencia excesiva, la resistencia a mostrar vulnerabilidad y la preferencia por lidiar con las propias dificultades en soledad. Aquí también se incluyen problemas como la ansiedad, depresión, adicciones y relación disfuncional con la comida, originados como formas de lidiar con emociones complejas e intrusivas.

 

¿HAY ALGUNA SALIDA O SOLUCIÓN?

Superar estos patrones y construir una vida emocionalmente sana requiere un proceso de autoconocimiento, y en muchos casos, ayuda profesional. Las terapias de tercera generación, como la terapia contextual y el protocolo unificado para el tratamiento transdiagnóstico de los trastornos emocionales, ofrecen herramientas esenciales para ayudar a las personas a observar y aceptar sus emociones difíciles en lugar de intentar eliminarlas. Esto no solo rompe el ciclo de disfuncionalidad, sino que también permite establecer relaciones más sanas y satisfactorias.

Si eres padre, madre o tienes niñxs a tu cargo, invertir en tu educación emocional es fundamental. Reconocer y gestionar tus emociones adecuadamente no solo mejora tu bienestar, sino que también te ayuda a evitar patrones de negligencia emocional que puedas haber experimentado en tu propia infancia. Cultivar habilidades de asertividad, empatía y respeto mutuo es clave para crear un ambiente familiar seguro y emocionalmente saludable, donde lxs niñxs puedan desarrollar un apego seguro y habilidades de regulación emocional.

Para quienes experimentaron negligencia emocional en su niñez, es importante recordar que nuestro pasado no nos define; sufrir carencias emocionales en la infancia no significa que debamos replicar esos patrones o quedar atrapados en ellos. Al contrario, cada uno de nosotros tiene el poder y la capacidad de reescribir su historia, de crear vínculos sanos y de construir una identidad propia, independiente de lo que nos ocurrió. Las experiencias de la infancia no determinan quienes somos ahora ni quienes podemos ser en el futuro. Si quieres leer más sobre este tema con una perspectiva basada en la evidencia, puedes hacer clic aquí y aquí.

Desde las terapias conductuales contextuales, abordamos estos casos con técnicas basadas en la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT) y el protocolo unificado. En este proceso, ayudamos a los y las consultantes a tomar distancia de sus pensamientos y emociones difíciles, a desarrollar habilidades para manejar la incomodidad y a vivir de forma que refleje sus valores más profundos. La ACT, por ejemplo, se enfoca en aceptar las experiencias emocionales en lugar de evitarlas, lo que permite a las personas actuar de acuerdo con sus objetivos de vida, sin quedar atrapadas en ciclos de dolor o evitación. Por otro lado, el protocolo unificado ayuda a identificar y tratar patrones emocionales que suelen estar en la raíz de diferentes problemas psicológicos, aportando herramientas para la autorregulación y el autocuidado.

¿Cuál es el siguiente paso? Si estás listo, preparada para iniciar este cambio, solicitar una cita puede ser el comienzo de un proceso que no suele durar más de seis meses, un tiempo en el que estos problemas quedan bien encauzados, brindándote claridad y seguridad para el futuro.

 

Sin embargo, la terapia no es para todo el mundo, y por eso he creado Vas A Estar Bien, un curso de gestión emocional para aprender a autorregularte y hacer de tus emociones aliadas fieles, en lugar de permitir que tomen el control de tu vida. Este curso te ofrece herramientas para actuar y avanzar hacia lo realmente importante y valioso además de todo lo necesario para que aprendas a autorregularte y sentirte bien.

Las inscripciones para la próxima edición completa, con foro y tutorías, se abrirán el 8 de enero de 2024 (el curso comenzará el 3 de marzo). Pero si necesitas empezar ya, el curso también está disponible con una versión libre (sin foro ni tutorías) más económica, que incluye una Masterclass gratuita sobre gestión de la ansiedad y tendrá un precio especial hasta el 31 de diciembre, un buen regalo de bienestar en una época del año en la que las emociones tienden a complicarse.
Si quieres saber más detalles sobre el curso como contenidos específicos, metodología, testimonios y demás, sigue este enlace.

 

O SI LO PREFIERES, PUEDES INSCRIBIRTE
DIRECTAMENTE DESDE AQUÍ

 
VAS A ESTAR BIEN curso de gestión emocional
VAS A ESTAR BIEN VERSIÓN LIBRE - Precio especial 50%
95,00 €
Por única vez

Obtén acceso permanente a la versión básica de VAS A ESTAR BIEN al 50% de su precio original hasta el 31 de diciembre de este año. Esta versión del curso no tiene foro ni tutorías pero el material didáctico es exactamente el mismo. Además, si añadimos algo al curso, tú también podrás disfrutar de los nuevos contenidos sin ningún tipo de coste adicional.


✓ 32 Videos con pizarra y animaciones
✓ PDF descargables + Hojas de trabajo + Audioguías
✓ Accedes inmediatamente. El acceso es ilimitado y de por vida
✓ Incluye MASTERCLASS gestión de la ansiedad GRATIS
✓ Actualizaciones futuras disponibles

 

FUENTES BIBLIOGRÁFICAS

  • Nogueras, Ramón (2024). Por qué pollas haces eso: Una guía para entender nuestro comportamiento. Editorial: Kailas Editorial.

  • Barraca Mairal, Jorge (2012). Técnicas de modificación de conducta. Editorial: Síntesis.

  • Froxán Parga, María Xesús (2020). Análisis funcional de la conducta humana. Editorial: Pirámide.

  • Webb, Jonice (2012). Running on Empty: Overcome Your Childhood Emotional Neglect. Editorial: Morgan James Publishing.

  • Hayes, Steven C., & Strosahl, Kirk D. (2022). Guía práctica de la Terapia de Aceptación y Compromiso. ABA España.

  • Barlow, David H., Farchione, Todd J., Fairholme, Christy P., Ellard, Kristen K., Boisseau, Christina L., Allen, Laura B., & Ehrenreich-May, Jill (2010). Protocolo Unificado para el Tratamiento Transdiagnóstico de los Trastornos Emocionales. Oxford University Press.

Anterior
Anterior

LAS HERIDAS DE LA INFANCIA: CÓMO INFLUYEN (O NO) EN LA VIDA ADULTA

Siguiente
Siguiente

¿TU INFANCIA TE SIGUE AFECTANDO? DESCUBRE LA NEGLIGENCIA EMOCIONAL Y CÓMO AFRONTARLA