Así afecta la ansiedad a los y las adolescentes
Hay pruebas contundentes que demuestran que la pandemia, como variable contextual, hizo crecer el número de adolescentes que tienen ansiedad. Si nos paramos a pensarlo tiene mucho sentido, dado que el confinamiento y el distanciamiento durante la Covid privaron a los adolescentes de muchas de las actividades que más les interesan, interrumpieron su educación y los aislaron de sus amigos.
Desde la aparición de las primeras vacunas y con la relajación de algunas de las restricciones más severas, esta casuística tanto en adolescentes como en adultos se atenuaron, pero en otros casos empeoraron dando lugar a cuadros de ansiedad de tipo generalizado y crónico.
Es cierto que la pandemia ha sido una variable importante tanto en la aparición como en el mantenimiento de este problema, pero esto no significa que una vez recuperemos lo que antes conocíamos como normal (si es que alguna vez lo hacemos) los y las adolescentes vayan a recuperarse o la incidencia de estos trastornos se sitúe en valores previos a la aparición de la Covid. Y no será así porque la ansiedad en la población adolescente ya estaba en aumento antes de la pandemia debido a otros factores como la presión por tener más éxito en la escuela, la imagen que se ofrece a los demás a través de las redes sociales o un mundo que por desgracia parece cada vez más incierto, impredecible y peligroso. Es de vital importancia pues, reconocer las señales de ansiedad y buscar ayuda para los niños y adolescentes que la padecen.
TENER ANSIEDAD EN LA ADOLESCENCIA
Todos los niños y niñas tienen preocupaciones, como cualquier otro ser humano. Desarrollar o no un trastorno de ansiedad en esta edad, la adolescencia o siendo ya adultos, va a depender mucho de cómo realicen la gestión de sus propias emociones.
En el caso de que esta gestión sea escasa o brille por su ausencia, al ir llegando las demandas típicas de cada fase de la vida, estos desencadenantes podrán ser la chispa que encienda el trastorno. La gestión que se haga de la ansiedad será la que dirima si éste se enquista y se dilata en el tiempo. En el caso de los y las adolescentes, estas demandas pueden estar relacionadas con su rendimiento académico y las expectativas que se tiene de ellos. Muchos de los trastornos de ansiedad en adolescentes están orientados al perfeccionismo y hay mucho miedo a no cumplir, a no hacerlo bien.
La adolescencia es, además un momento de cambios en el cuerpo y en el que se presta mayor atención a cómo somos percibidos por los demás. Existe mucha presión al sentirse juzgado, evaluada y se preocupan enormemente por si van a ser vistos como guapos, competentes o estúpidos e inadecuados. La vergüenza va a ser una emoción cuya gestión se va a hacer importantísima en este sentido.
No nos olvidemos de que la adolescencia es un periodo de cambios intensos pero que no se dan igual ni al mismo ritmo en todos los y las adolescentes. El no ser normativo/a es un precio muy alto a pagar, pero la apariencia, estatura, desarrollo, etc. no son cosas que se puedan controlar sino que suceden cuando suceden. Esto les genera una gran incertidumbre e inseguridad que suelen gestionar adoptando poses o roles que compensen aquello que ven como una carencia. Es en estos momentos donde los trastornos de ansiedad pueden hacer acampada con tremenda facilidad.
SEÑALES DE ANSIEDAD EN ADOLESCENTES
Las señales de ansiedad pueden ser muy diferentes de un adolescente a otro. Podemos encontrar el aislamiento y el aumento del repertorio de conductas clásicas de evitación, o también irritabilidad y agresividad. La ansiedad suele pasar desapercibida porque todos hemos aprendido a luchar con nuestras emociones incómodas desde muy pequeños: las ocultamos. Por eso es tan difícil darse cuenta de que esa persona está lidiando con este problema.
Algunos signos o señales de que un/a adolescente tiene ansiedad pueden ser:
Frecuentes enfados, irritabilidad constante.
Problemas para concentrarse y mantener la atención.
Bajo rendimiento escolar.
Miedos recurrentes sobre aspectos rutinarios de la vida.
Aislamiento y evitación de actividades sociales.
Búsqueda de seguridad en el hogar y los familiares más cercanos. Muchas veces no se manifiesta de forma verbal, sino pidiendo afecto y proximidad física.
Evitación de situaciones difíciles o nuevas.
Apatía, falta de motivación, problemas estomacales, para dormir e incluso jaquecas.
Autolesiones.
Consumo de sustancias.
TRATAMIENTO DE LA ANSIEDAD EN LOS Y LAS ADOLESCENTES
Cuando el problema se complica y cronifica, es posible que algunas de las conductas emocionales del adolescente para gestionar la ansiedad sean mucho más problemáticas que la ansiedad en sí misma. Autolesionarse, las conductas impulsivas o el consumo de sustancias que en un principio no son más que intentos para controlar o hacer desaparecer la ansiedad, pueden convertirse en problemas aún mucho mayores si se mantienen en el tiempo. Además, los niños y adolescentes que padecen trastornos de ansiedad continuados durante amplios periodos de tiempo, tienen más probabilidades de desarrollar otros trastornos psicológicos como la depresión, llegando incluso a manifestar ideación suicida.
El tratamiento más eficaz para la ansiedad en los adolescentes es el protocolo unificado para el tratamiento transdiagnóstico de los trastornos emocionales. Podríamos encajar este protocolo en el marco cognitivo-conductual, pero con una fuerte presencia también de las terapias contextuales como la terapia dialéctico conductual y la terapia de aceptación y compromiso.
Con este protocolo enseñamos a los adolescentes técnicas y estrategias que es ayudarán a sentir, pensar sobre y actuar respecto a la ansiedad de forma diferente. Aprenden a observar cuál es su patrón de respuesta actual y a sustituirlo por otro que les traiga mejores consecuencias y resultados en el largo plazo. Es decir, les enseña a afrontar en lugar de evitar.
Las terapias contextuales o de tercera generación, ayudan a los y las adolescentes a tolerar la ansiedad en lugar de evitar las cosas que la desencadenan. Con esto aprenden que la ansiedad disminuye por si sola sin tener que hacer gran cosa al respecto y eliminan las creencias de que hay ciertas cosas las cuales no van a ser capaces de soportar, procesar o afrontar por si mismos.
Estas terapias de corte conductual, actúan y tienen su éxito en base al principio de exposición. Al aumentar gradual y progresivamente la exposición a los elementos o actividades temidos, la respuesta ansiosa de descondiciona. Es decir, se reduce o directamente se elimina.
TÉCNICA DE RELAJACIÓN PARA GESTIONAR MEJOR LA ANSIEDAD Y OTRAS EMOCIONES
El Escáner Corporal es una técnica de relajación y de gestión emocional. Esta versión que he adaptado para niños y adolescentes, tiene una duración menor que en el caso de los adultos, de tal manera que la práctica les resulte fácil, divertida y les permita mantener su atención focalizada sin excesivos problemas.
Este descargable incluye un autorregistro para que dibuje las cosas que ha ido sintiendo en las partes del cuerpo y aprenda a ser más consciente de sus emociones, cómo son y cómo se presentan físicamente a través de diferentes sensaciones.
La práctica del escáner corporal no solo sirve cómo técnica de relajación, también trabaja la atención al momento presente y expone a niños y adolescentes a sus emociones, sensaciones y pensamientos de manera natural, de tal forma que no sientan que deben temerlos o evitarlos.