CÓMO ES LA RESPUESTA SEXUAL HUMANA Y QUÉ DISFUNCIONES PUEDE PRESENTAR

Una disfunción sexual es un trastorno que dificulta o te impide vivir tu sexualidad de manera satisfactoria. Experimentar una disfunción sexual genera mucho malestar emocional a nivel individual, y también problemas de comunicación y relación con la pareja. Gran parte de todo esto viene propiciado por los mitos del amor y el sexo que mantenemos y pasamos generación tras generación a través de creencias disfuncionales en las que debiéramos trabajar. También por el componente de tabú, pudor o vergüenza que suele remover todo lo relacionado con el sexo.

En consulta, las disfunciones sexuales que más se suelen tratar son la falta del deseo sexual, el vaginismo, problemas de erección, la eyaculación anticipada y la anorgasmia. Existen algunas más, pero estas son las más frecuentes, y antes de hablar directamente de ellas, ¿por qué no te cuento algo sobre la respuesta sexual humana.



LA SEXUALIDAD NO ES SOLO BIOLOGÍA

Parece evidente que la respuesta humana tiene un sustrato biológico, el cuál permite que ésta tenga lugar. Con la sexualidad ocurre exactamente lo mismo: el cuerpo y sus procesos construyen nuestra sexualidad. No obstante, el cuerpo por sí mismo no es la sexualidad, pues depende de la interacción con el contexto tanto interno como externo. Es decir, la sexualidad es algo que tiene un componente biológico de base pero que se construye en relación al contexto social y psicológico de la persona. Es por ello que entendemos la respuesta sexual humana funcional y sus trastornos o disfunciones dentro de un marco bio-psico-social y la abordamos desde esta perspectiva.



LA RESPUESTA SEXUAL HUMANA

Los primeros estudios fisiológicos de la respuesta sexual humana tuvieron lugar allá por 1957. William Masters y Virginia Johnson, realizaron y publicaron sus estudios al respecto en 1966 en su obra ''Respuesta Sexual Humana''. En ella describieron los cambios físicos y hormonales que experimentamos ante la estimulación sexual, e identificaron las siguientes 4 fases: excitación, meseta, orgasmo y resolución.
Más tarde, Kaplan introdujo la fase de deseo como fase previa a la excitación, la cual daría sentido a los estímulos codificados como sexuales y proporciona un orden más coherente para clasificar las disfunciones sexuales. La satisfacción, sugeridapor Sandra Leiblum en 1990 es también una fase de índole subjetiva de la que hablaremos en último lugar.
Te doy un poco mas de información sobre cada una de estas fases para que tengas algo sobre lo que situarte y comprender mejor la naturaleza de las disfunciones sexuales de las que hablaré un poco más adelante en este mismo post.


Deseo

El deseo sexual se podría definir como como la predisposición o disposición a recibir, buscar y mostrarse receptiva, abierto, a estimulación sexual. No consideraríamos el deseo una parte de la respuesta sexual humana por no manifestarse fisiológicamente de una forma clara, sino más bien encubierta ya que es un componente subjetivo, un estado mental que es difícil de operativizar. Es por esto que, el deseo no se puede intuir a partir de la respuesta fisiológica de excitación, ya que constituyen dos conceptos diferentes pero interrelacionados. El deseo acompaña toda la relación sexual, a veces manifestándose antes de la excitación o a partir de ella.
La disfunción sexual asociada a esta fase es la ausencia de deseo sexual o deseo sexual inhibido. En algunos casos también aparece la aversión al sexo.


Excitación

La excitación es una respuesta física manifiesta, que puede observarse, sobre todo, por la erección (del pene o del clítoris) y la lubricación (de la vulva y la vagina o de la uretra del pene). También, está caracterizada por la aceleración del ritmo cardíaco, la erección de los pezones, el alargamiento de la vagina, la aparición del rubor sexual, el engrosamiento del escroto, etc.
Esta respuesta está mediada por el sistema nervioso autónomo parasimpático y es una respuesta refleja, por lo que estar ansiosa o cansado puede dificultarla. La ansiedad anticipatoria es uno de los factores que más se trabajan en terapia sexual ya que está presente en casi todas las disfunciones y dificulta la erección del pene, la penetración o coito y también la llegada al climax.


Meseta

Manteniendo una adecuada estimulación se alcanza el nivel de meseta. Esta fase de la respuesta sexual humana está caracterizada por un estado estable de excitación, donde apenas hay cambios fisiológicos. Su longitud puede variar y normalmente coincide con la práctica sexual coital o penetrativa. En esta fase se presentan unas sensaciones muy específicas que avisan y predisponen al orgasmo (sensaciones preorgásmicas). La percepción a nivel cerebral y psicofisiológico de dichas sensaciones estaría alterada en disfunciones sexuales como la eyaculación anticipada.

Tanto en el hombre como en la mujer, se observa un notable incremento de la tensión muscular y de las reacciones fisiológicas antes descritas. En el hombre, se produce además la lubricación y limpieza de la uretra de posibles restos de orina (para permitir el paso de espermatozoides vivos) mediante un líquido producido por las glándulas de Cowper o glándulas bulbouretrales. En la mujer, el clítoris se retrae bajo su capuchón, el pecho sigue aumentando su tamaño y la areola se dilata. La vagina continúa dilatándose y aumenta la congestión vascular de los labios menores, mientras que los mayores, se van separando más. En esta fase, es característico el llamado rubor sexual en determinadas zonas de la piel, debido al aumento de la circulación sanguínea.


Orgasmo

El orgasmo está caracterizado por la liberación de tensión acumulada durante las anteriores fases, aumento de la tasa cardiaca y respiratoria, contracciones rítmicas y espasmódicas de la musculartura pubococcígea y una sensación subjetiva de placer. El orgasmo, por tanto, no es el resultado de una estimulación concreta, sino de una acumulación de excitación que sobrepasa un umbral que lo desencadena.
En cuanto a las sensaciones propias del orgasmo, inmediatamente antes del mismo, hablamos en el hombre del punto de no retorno o inevitabilidad eyaculatoria; es decir, el momento justo en que se percibe que el orgasmo es inevitable y por lo tanto, se produce la eyaculación. Por otra parte, la respuesta sexual femenina (especialmente la fase de orgasmo) continúa siendo un importante objeto de investigación, dada su complejidad y las grandes diferencias existentes entre distintas mujeres a la hora de experimentar el orgasmo.
En la mujer, el orgasmo es experimentado de un modo más complejo. No existe un patrón único de respuesta de orgasmo, sino que podemos hablar de un amplio rango de respuestas comprendidas entre una respuesta de orgasmo rápida muy similar a la masculina y la posibilidad de prolongar esta fase mediante orgasmos múltiples o encadenados que, potencialmente y con un aprendizaje específico, algunas mujeres podrían controlar a voluntad.

Los problemas sexuales que suelen afectar a esta fase de la respuesta sexual son la anorgasmia, la eyaculación anticipada y la eyaculación retardada.


Resolución

La resolución es el proceso mediante el cual el cuerpo, tras el orgasmo, vuelve a suestado basal. En esta etapa de la respuesta sexual, el organismo comienza a recuperar progresivamente los niveles normales o basales. Suelen aparecer sensaciones de relajación (muscular y mental), bienestar, placidez o incluso sueño. Estas sensaciones se deben a los cambios hormonales y a la secreción de serototina.

En el hombre, comienza el período refractario. Bbiológicamente, la mujer no necesita de este periodo, lo que potencialmente le permite alcanzar nuevos orgasmos. Sin embargo, esto depende directamente del estado (físico, mental, emocional…) de cada mujer en ese momento.


Periodo Refractario

Es el período de tiempo tras la resolución donde el cuerpo no es capaz de emitir otra respuesta orgásmica. Varía de persona en persona y ya que es afectado por múltiples variables (edad, estado de salud, etc.).

satisfacción

Esta fase fue añadida a las anteriores de Masters & Johnson (1965) por Sandra Leiblum en 1990, y se ha definido como una respuesta afectiva que surge de una evaluación subjetiva de las dimensiones positivas y negativas asociadas a la propia relación sexual. Es decir, se trata de cómo percibimos y vivimos a nivel emocional las relaciones sexuales. La satisfacción sería algo así como la interpretación que hacemos de nuestro bienestar a todos los niveles con respecto a las relaciones sexuales que mantenemos.
Además, existen cuatro variables de las que dependería la satisfacción sexual:

  • La satisfacción con con las relaciones sexuales en general: ¿Me siento satisfecha, colmado con mis relaciones afectivas?

  • Cómo vemos la concordancia entre los beneficios y costes en una relación: El balance entre qué aporto y de qué me beneficio en dichas relaciones, ¿es positivo o negativo?

  • Nuestras propias expectativas: ¿La satisfacción que obtengo en esas relaciones se ajusta a lo que yo esperaba de ellas?

  • El nivel de igualdad en beneficios y costes entre las personas que tienen la relación: ¿Siento que la otra parte implicada en la relación se entrega a un nivel similar al mío?

 

ESTAS SON LAS DISFUNCIONES SEXUALES QUE MÁS SUELEN TRATARSE EN LA CONSULTA DE PSICOLOGÍA:

Como decía al principio del post, una disfunción sexual es un “trastorno” que te impide vivir tu sexualidad de manera relajada y satisfactoria. Para concluir que estamos frente a una disfunción sexual primero se deben descartar causas orgánicas, por lo que es importante que antes de acudir a una consulta de psicología o sexología, hayas consultado al menos con tu médico de cabecera o con unx médico especialista.

La mayoría de las veces las personas no acuden a la consulta directamente por el problema sexual, sino que es algo que surge a medida que va avanzando la terapia y no es casual. En gran medida el origen de una disfunción sexual suele estar en aspectos como la gestión emocional, la comunicación asertiva, las creencias limitantes, las expectativas sobre el sexo y el amor romántico, etc. Es por ello que tratando algo tan simple como la gestión emocional y viendo los progresos que realizan, los y las consultantes se animen a abrir el melón de la sexualidad.

Para finalizar el post, quiero hablarte de las disfunciones sexuales que más trato en consulta o al menos las que en mi práctica clínica se han dado con más frecuencia. Estas son: falta del deseo sexual, el vaginismo, la eyaculación anticipada y la anorgasmia. Te cuento un poquito más sobre cada una de ellas.

 

FALTA DE DESEO SEXUAL

El deseo sexual es una experiencia subjetiva y no corresponde a una respuesta fisiológica específica como las demás fases de la respuesta sexual humana. Muchas veces se identifica el deseo con excitación aunque son dos cosas diferentes que pueden darse a la vez o una sin la otra. Por eso, entre otras causas, solemos pensar a priori que el deseo es algo que surge de manera natural, espontánea (deseo tipo 1), pero sabemos que también puede modificarse y entrenarse (deseo tipo 2). Pensar que el deseo es algo que viene solo y no puede forzarse es una creencia limitante que puede trabajarse en terapia junto a otro tipo de entrenamientos.

Antes de pensar que tienes un problema con tu deseo sexual, tengo que decirte que no hay una cantidad de deseo normal y otra que podamos considerar patológica. Por la razón que sea, podemos estar en una época de nuestra vida en la que hay poco deseo sexual y sentirnos cómodas, despreocupados con este asunto. Igualmente, podemos tener un deseo sexual “normal” y considerar que tenemos necesidad de tener más. Lo realmente importante llegadxs a este punto es que esa petición parta de ti mismx y no de tu compañerx sexual.

EN CONSULTA:
La mayoría de las personas que acuden a consulta por falta de deseo sexual son mujeres y esto tampoco es casual. El componente social que atraviesa a las personas socializadas como mujeres hace que no se establezca una relación con su deseo sexual donde éste se fomente, donde su expresión sea reforzada o donde se le motive a experimentar, por lo que además de trabajar con ejercicios relacionados con las fantasías sexuales, en terapia sexual también trabajamos con mitos y creencias limitantes sobre el sexo. Creamos situaciones en las que puedas tener contacto e interacción placentera con tus objetos/personas de deseo. Para ello es importante que dejes de tener interacciones desagradables en contextos sexuales (si los tienes), eliminando o minimizando al máximo dichas interacciones.
También puede ser pertinente hacer un entrenamiento en educación sexual y comunicación sexual asertiva.

 

VAGINISMO

El vaginismo se define como la contracción involuntaria de la musculatura que rodea la entrada de la vagina que se da ante la introducción de un objeto en el orificio vaginal, imposibilitando la misma. Este espasmo puede darse incluso ante la anticipación de la introducción de un objeto, al igual que puede ser selectiva hacia determinados objetos o situaciones.
Algunas veces, el problema que supone el vaginismo para las personas que acuden a consulta es el hecho de que imposibilita el coito y fomenta en ellas la creencia de que “no son normales” porque no pueden llevar a cabo esta práctica. En nuestra sociedad aún se considera el coito como la práctica sexual más importante y placentera, sin la que no se consolida una relación sexual. A todo lo demás se lo considera como ''preliminares'', ''juego previo'' o prácticas sexuales de segunda categoría. A esta creencia la demominamos coitocentrismo, y tiene su raíz en la cultura judeocristiana y esencialista de las relaciones sexuales cuyo único fin es la reproducción. Y es ahí donde realmente está el problema para muchas personas. El vaginismo constituye un problema porque quieren quedarse embarazadas, desean poder realizarse citologías y revisiones ginecológicas o simplemente quieren ponerse tampones o copas menstruales.

La mayoría de las veces los vaginismos suelen ser de origen psicológico, pero también es recomendable descartar cualquier tipo de causa orgánica (por ejemplo, una contractura) en ginecología o en fisioterapia del suelo pélvico. Cuando hay dolor o molestia durante la penetración vaginal pero la penetración es posible, hablamos de dispareunia, y frecuentemente suele desembocar en vaginismo. La dispareunia, a diferencia del vaginismo, en la mayoría de los casos suele ser de carácter orgánico, por lo que la revisión ginecológica es especialmente importante. En cuanto la evaluación y tratamiento en dispareunias de origen psicológico, simplement apuntar que es prácticamente igual a la del vaginismo.

EN CONSULTA:
Una vez realizada la evaluación y descartado un origen orgánico, o confirmado y ya tratado, se empieza siempre por una serie de sesiones didácticas en las que explicamos cómo se forma un vaginismo, cómo es la respuesta de tensión y relajación del músculo pubococcígeo dependiendo de las claves ambientales y explicando cómo será el proceso de dilatación para eliminar la respuesta de tensión. También, se asegurará de intervenir en todas las posibles preocupaciones que contribuyen a este problema sexual.
Al igual que en la intervención en deseo sexual, también se hace educación sexual porque es importante desmontar mitos y creencias que la consultante pueda tener sobre el sexo.
También hay un entrenamiento importantísimo en técnicas de relajación, respiración y manejo del suelo pélvico (Kegel) a la par que se trabaja la ansiedad anticipatoria para poder llevar a cabo un programa de desensibilización sistemática con dilatadores.

Durante el proceso terapéutico y en caso de que la persona tenga pareja, sobre todo si hay presión por parte de ella de realizar prácticas sexuales con penetración, es muy probable que tu terapeuta te aconseje descartar cualquier intento de coito. Durante el periodo de la terapia y hasta nuevo aviso por parte de tu terapeuta, no se debería realizar ningún intento de penetración o dilatación, ya que hacerlo sin la guía adecuada puede resultar en un empeoramiento del vaginismo y/o desarrollo de otros problemas adicionales.

 

PROBLEMAS DE ERECCIÓN

El coitocentrismo no sólo provoca problemas para las mujeres. Centrar las relaciones sexuales en el coito genera presión en el funcionamiento de los genitales para llevar a cabo esta práctica, así que en la misma línea de la problemática social del vaginismo, tenemos la otra cara de la moneda: la función eréctil del pene. En nuestra sociedad, la erótica masculina está centrada en la morfología, ejecución y funcionamiento del pene. El desempeño sexual se centra en este órgano, lo cual también constituye un símbolo de reafirmación masculina. Tanto es el simbolismo presente en el género másculino del poder del hombre centrado en el falo, que se ha popularizado el término ''impotente'' para hacer referencia a un hombre con problemas de erección, como si ahí se localizara de un modo la potencia, la masculinidad, la fuerza.
Este tipo de presión social contribuye enormemente a los problemas de erección, viéndose esta imposibilitada o dificultada muchas veces por la interiorización de estas ideas. Las sensaciones desagradables asociadas problemas de erección y la presión sentida en el momento que se detecta el problema causa la activación del sistema nervioso autónomo simpático (encargado de la reacción de lucha y huida), dificultando aún más el proceso al contrarrestar la respuesta parasimpática. Esto generará con el tiempo un proceso paradójico en el cual la presión y ansiedad de la persona que intenta conseguir una erección será incapaz de tenerla, siendo una de las causas principales de este problema.

EN CONSULTA:
Igualmente, tras descartar o solventar causas orgánicas, realizamos una evaluación del problema y después intervenimos liberando la tensión sobre las expectativas del consultante indicándole que por un tiempo abandone su deseo de tener erecciones así como prácticas sexuales en las que el pene tenga que estar perfectamente erecto como por ejemplo el coito. Para poder hacerlo, muy probablemente habrá que intervenir sobre las creencias que la persona tiene sobre la erección. Aquí también realizamos educación sexual, técnicas de relajación, gestión emocional para la ansiedad anticipatoria y técnicas que deberá realizar en solitario o con su pareja siguiendo una serie de pasos hasta que por aproximaciones sucesivas pueda obtener una erección que le permita, si así lo quiere, tener una relación sexual con coito.

 

EYACULACIÓN ANTICIPADA

Se hace referencia a la eyaculación anticipada cómo la insatisfacción con el momento de la eyaculación que viene como resultado de la falta de control de esta por parte de la persona. Es decir, la eyaculación anticipada tiene como problemática central la percepción de poco control sobre respuesta la eyaculatoria, por lo que constituye una insatisfacción de carácter subjetivo.
Antes se etiquetaba este problema como “eyaculación precoz”, pero este término daba a entender que había un momento objetivo e idóneo a partir del cual eyacular. Se sustituye por el término “eyaculación anticipada” con el fin de despatologizar y conceptualizar mejor esta problemática.

La Academia Internacional de Sexología Médica define la eyaculación anticipada como “la condición persistente o recurrente en la cual el varón no puede percibir y/o controlar las sensaciones propioceptivas que preceden al reflejo eyaculatorio, produciendo malestar en relación con su pareja''. Entoces, ¿podríamos preguntarnos qué hay en la falta de control del reflejo eyaculatorio que lo hace tan grave?
De nuevo tenemos que buscar las respuestas en las reglas bajo las que hemos sido educadas, socializados, en las que se entiende la eyaculación del pene como el final de la relación sexual. Esto, junto al coitocentrismo, hace de la eyaculación antes del momento deseado un problema para muchas personas que no logran controlarla. Por la idea de que el coito es el centro y la parte más importante de una relación sexual, se depende de un pene erecto para que esta relación sexual se lleve a cabo por el tiempo que se considere necesario. La eyaculación, siendo responsable del periodo refractario de la respuesta sexual humana, constituye un problema para cumplir con el tiempo que la persona (y su/s pareja/s) consideran óptimos. Derivada de esta creencia, también surge la idea de que cuanto más largo sea el coito, mejor es la relación sexual y más placer sentirá la otra persona (lo cual también suele desencadenar muchos problemas). Adicionalmente, el hombre cisheterosexual carga con la responsabilidad de ejecución sexual en la cama, donde el ''éxito'' de la misma depende, sobre todo, de él y del funcionamiento de su pene, al ser este el centro de la erótica masculina.

EN CONSULTA:
Una vez más, después de comprobar que no existen problemas orgánicos asociados, hablamos de cómo es la fisiología de la eyaculación e intervenimos en creencias y expectativas desajustadas sobre la misma y el sexo en general. También se dedican algunas sesiones a educación sexual. La presión y ansiedad que las prácticas sexuales elicitan, se trabajan con técnicas de relajación, respiración e intervención en gestión emocional.
También realizamos un entrenamiento para que la persona comience a discriminar los estímulos previos a la eyaculación. Es posible, además, que tu terapeuta te de la pauta de que no finalices la relación sexual con la eyaculación sino que pases a prácticas alternativas (masturbación o sexo bucogenital).
Para mejorar la prolongación del tiempo de eyaculación, realizamos ejercicios con la técnica Stop & Go.

 

ANORGASMIA

Definimos la anorgasmia como la falta, dificultad o retraso en el orgasmo femenino (se presenta en mujeres en mucha mayor medida) tras una estimulación sexual adecuada.

Existen numerosos tabúes, desinformación y mitos alrededor del orgasmo femenino que afectan a la población general y pueden estar afectando a las personas con anorgasmia. Uno de estos mitos es la idea de que existen diferentes tipos de orgasmo. Comúnmente, se habla del orgasmo clitoriano y el vaginal, como dos orgasmos diferentes, entendiendo el vaginal como el orgasmo más deseable, más placentero y que las personas que lo tienen mediante esta estimulación son sexualmente más maduras. Esto no sólo viene a raíz de la visión coitocentrista que se tiene del sexo en nuestra sociedad, sino también de planteamientos arcaicos provenientes del psicoanálisis. Fue después en los estudios de Masters y Johnson donde se demostró que todo orgasmo, independientemente de la zona o zonas estimuladas que lo desencadenan, constituyen la misma respuesta fisiológica. Pueden existir diferentes sensaciones subjetivas, pero estas no son universales sino individuales.

EN CONSULTA:
El proceso de evaluación de anorgasmia es complejo aunque no dificultoso y requiere de un previo análisis funcional de la conducta sexual de la persona. Como siempre, se trata de descartar o intervenir previamente sobre causas orgánicas y después se prodede con el tratamiento en psicoterapia y terapia sexual. Es muy necesaria la educación sexual y el trabajo en creencias limitantes sobre el sexo en sí mismo, las relaciones sexuales, el placer femenino y el orgasmo. También y si procede, es recomendable evaluar cómo es el estilo de comunicación de la persona con su pareja o parejas sexuales.
Paradójicamente, igual que en los casos de problemas de erección, para poder iniciar la intervención en los casos de anorgasmia lo primero que hay que pedirle a la persona es que se olvide del orgasmo, que no intente llegar a tenerlo. El orgasmo se da a partir del abandono a las sensaciones además del traspaso de un alto umbral de excitación. Por lo tanto, una persona que está constantemente pendiente de si va a tener o no un orgasmo, no está dejándose llevar por el momento. Es por ello que intervenimos en la hipervigilancia y ansiedad anticipatoria existente, en la gestión y manejo de pensamientos y utilizaremos técnicas de relajación y respiración adicionales.
El autoplacereado es una técnica de focalización sensorial en solitario que se entrena para aumentar el autoconocimiento de la persona sobre su erótica y liberarlo. Además de ésta empleamos muchas más como el rolepalying del orgasmo y la focalización sensorial en pareja.

 

¿NO CONSIGUES TENER RELACIONES SEXUALES SATISFACTORIAS?

Puedes solicitar una consulta aquí

Anterior
Anterior

CÓMO DETECTAR NEGLIGENCIA EMOCIONAL EN TU RELACIÓN DE PAREJA

Siguiente
Siguiente

¿PODEMOS SUPERAR UNA INFIDELIDAD?