Atiquifobia: el miedo a fracasar

Todos fracasamos en mayor o menor medida y, rara vez, las cosas salen exactamente como creíamos que sucederían.⁠ Incluso cuando todo va mejor que nunca, puede ocurrir algo pequeño e insignificante que devore en un segundo todo lo que ya habías conseguido.⁠
El fracaso es la cara B de ese disco que lleva por título éxito y probabilísticamente hablando, es el suceso que ocurre con mayor frecuencia.⁠ Sin embargo, y a pesar de que el fracaso es necesario para seguir aprendiendo de la experiencia, le tenemos auténtico pánico y huimos de él como alma que lleva el diablo.⁠
Este miedo que roza lo patológico a hacerlo mal, a volver a fallar, se llama ATIQUIFOBIA.

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En realidad todo el mundo, en alguna medida, tiene cierto miedo al fracaso. Incluso las personas más seguras de sí mismas o las que acumulan mayores tasas de éxito en aquellas tareas que se proponen. Cuando este miedo es de leve a moderado, puede tener un efecto positivo en nuestras vidas, consiguiendo espolearnos y motivándonos para superarnos y hacer las cosas lo mejor que nos es posible.⁠
Pero cuando el temor a fracasar se hace muy intenso y consigue bloquearnos llegando incluso a evitar que hagamos ciertas actividades que son positivas y de valor para nosotros por temor a equivocarnos, puede que nos encontremos ante un verdadero problema de atiquifobia o fobia al fracaso.⁠

El principal síntoma de este miedo exacerbado, es que evitamos realizar actividades en las que nos sentimos juzgados, pero hay algunos otros más como:⁠

► Exigirse mucho a uno mismo⁠,
► Ser perfeccionista⁠,
► Baja autoestima⁠,
► Sintomas fisiológicos (temblor, sudoración, taquicardia, malestar gástrico, etc.) y⁠
► Bloqueos cognitivos⁠.

Si crees todo esto que te estoy contando te resulta más familiar de lo que te gustaría, sigue leyendo porque más abajo te voy a facilitar información sobre las posibles causas de este problema y una serie de pautas para poder superarlo.⁠

 

Como ocurre con cualquier fobia , es dificil encontrar la causa exacta que nos provoca un miedo irracional, pero sin duda, sabemos que éste está en nuestra historia de aprendizaje.⁠
Algunas causas de la ATIQUIFOBIA o MIEDO A FRACASAR podrían ser:⁠


UN ESTILO DE CRIANZA DE ALTA EXIGENCIA Y RIGIDEZ: Si tus padres te presionaron mucho desde que eras pequeña/o por que lo hicieras todo perfecto, por que tus notas fueran las mejores, etc. y te comparaban continuamente con otras personas, es probable que en determinadas circunstancias desarrolles un miedo a fracasar mayor de lo normal.⁠

EN EL POLO OPUESTO, UN ESTILO DE CRIANZA DE SOBREPROTECCIÓN, en el que no se te permitía hacerte cargo de tus responsabilidades enfrentándote y resolviendo tus propios problemas también puede estar detrás de este tipo de fobia.⁠ ⁠

BAJA AUTOESTIMA: De esto hablaremos largo y tendido alguna que otra semana , pero por desgracia la baja autoestima suele estar en la base de casi todos los problemas que sufrimos como adultos y es algo que debemos trabajar constantemente. Una buena autoestima es un escudo increíble que nos protege de futuros problemas.⁠

AUTOLENGUAJE NEGATIVO: A todos nos pasa cuando estamos estresados o pasamos por una mala racha → nos hablamos fatal a nosotros mismos. Frases como "no soy suficientemente bueno", "no voy a ser capaz de hacerlo", "voy a quedar en evidencia", "no valgo para nada", etc. suelen sonar insistentemente en nuestra cabeza y para acallarlas, evitamos enfrentarnos a los retos por muy estimulantes e importantes que sean para nosotros.⁠

NUESTRA CULTURA DE LA COMPETITIVIDAD: En la que yo gano si los demás pierden y viceversa, en la que solo hay sitio para el mejor y en la que se premia sólo el resultado y muy pocas veces el esfuerzo.⁠

 

¿Qué hacer para vencer el miedo a fracasar?

 
 
 

HACER. Esta es la fórmula mágica para casi cualquier problema al que nos enfrentemos en la vida.⁠ Las terapias de tercera generación han demostrado con rotundidad que podemos cambiar la manera en la que nos sentimos en la medida en la que nos activamos para hacer cosas.⁠
Como ocurre con cualquier otra fobia o miedo irracional, exponernos a estas situaciones que nos producen malestar es fundamental para que consigamos habituarnos y dejar de reaccionar con tanto estrés. Una vez que comprobamos a través de la experiencia que no pasa absolutamente nada cuando fallamos o fracasamos, este nivel de preocupación disminuye considerablemente de tal forma que conseguimos relajarnos y salir de ese bloqueo o parálisis a la que el miedo nos condenaba.

¿Se trata de hacer cualquier cosa?. Pues no, no es hacer por hacer. Más bien esta activación tiene que ver con que establezcamos un plan de acciones (vamos, lo que se viene conociendo como un cuadrante u horario) en el que vayamos programando actividades que estén relacionadas con un objetivo concreto o con nuestras principales metas y valores vitales. Programas y actúas y según la experiencia que hayas tenido vas modificando tus actividades, pero no te quedes quieta bajo ninguna circunstancia.

Siempre digo que algo hecho es mejor que algo perfecto. La perfección, de existir, es algo muy esquivo y poco frecuente así que no merece la pena perseguirla a toda costa. ⁠Fracasar no es no hacer las cosas perfectas, fracasar es no hacerlas.⁠
Y que conste que es normal sentir miedo; todos hemos fracasado alguna vez y se pasa mal, fatal. ⁠Duele, da muchísima rabia y nuestra autoimagen se ve dañada, así que es lógico que evitemos todo lo que tenga un leve tufillo a fracaso. El problema de todo esto es que nos quedamos sin intentarlo, que nos negamos la posibilidad de conseguir cosas importantes para nosotros y que, de no conseguirlas, igualmente habremos sacado algo de provecho: habremos aprendido y estaremos más cerca de a dónde queremos llegar.⁠

Como la única forma de no fracasar es no intentarlo, es normal que te quedes encerrada en ti misma, sin atreverte si quiera a mover un dedo. Si no lo intentamos no nos sentiremos mal, pero tampoco tendremos la vida que queremos tener y nos estancaremos., así que enfréntate, inténtalo, fracasa. Yo sé mucho de equivocarme créeme, y te diré que una vez que pruebas esto de la imperfección te haces adicta a ella, te quieres más, ya no te dices tantas cosas feas a ti misma, vives más o menos como quieres y eres capaz de rozar con los dedos esa emoción tan esquiva pero tan maravillosa que es la felicidad.⁠

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