DEJA DE LUCHAR CONTRA TUS EMOCIONES

A veces nuestras emociones pueden ser abrumadoras. Tanto, que llegan a interferir en nuestra capacidad de vivir la vida que deseamos vivir. Las personas con trastornos emocionales, tienden a valorar algunas de sus emociones de manera muy negativa, y de hecho tratan a menudo de buscar soluciones para deshacerse de las emociones que consideran desagradables como la ansiedad, el miedo, la tristeza, la rabia o la culpa. Desgraciadamente, deshacerse de las emociones es una estrategia que no funciona muy bien. Cuanta más energía utilizas intentando suprimir o evitar determinadas emociones, menos te centrarás en las cosas importantes de tu vida y más difícil será avanzar hacia ellas haciéndote sentir peor en el largo plazo. La clave estaría en no intentar deshacerte de las emociones incómodas, sino en aprender a responder de manera diferente cuando aparecen.

Sería genial que pudieras aprender a escuchar tus emociones, porque su propósito no es otro que comunicarte información importante para tu bienestar. Sí, esa es su misión. incluso cuando son emociones incómodas. tenemos que aprender a escuchar nuestro malestar porque en él reside la información que necesitas para restaurar tu bienestar.
Digamos que tu misión en la vida, tu trabajo como organismo vivo que eres es estar bien y mantener ese bienestar. Pero como vivimos en un mundo en el que los escenarios son cambiantes, ese bienestar está constantemente amenazado por lo que las personas emocionalmente inteligentes son las que mejor leen e interpretan los escenarios y se adaptan a ellos dejándose guiar por lo que sienten. Claro, para hacer eso tenemos que estar abiertos a sentir y no solo aquello que nos gusta o nos resulta placentero. Hay que estar dispuestxs a sentir todo el rango de nuestras emociones.

Desde que somos muy pequeñxs, recibimos información confusa y/o equivocada sobre las emociones, y crecemos formando la firme creencia de que algunas emociones son buenas y pueden exhibirse, mostrarse a los demás, y otras son malas y debemos ocultarlas, controlarlas, no dejar que se vean o nos desordenen por dentro. Por eso cuando vamos creciendo sentimos que no estamos bien adaptadxs y empiezan a surgir los problemas en salud mental. Soy una firme creyente de que si desde la infancia aprendiésemos a entender y utilizar mejor nuestras emociones, problemas como la ansiedad o la depresión no serían tan frecuentes como lo son ahora. Es nuestra responsabilidad como adultxs que somos ya, darnos esa formación emocional que antes no tuvimos y tomar conciencia de lo importante que es modelar con el ejemplo especialmente a los y las que ahora, vienen tras nosotrxs: nuestrxs niñxs.

 

HABLEMOS DE ALGUNAS EMOCIONES INCÓMODAS Y DE CUÁL ES SU FUNCIÓN

  • MIEDO
    El miedo es un sistema natural de alarma y supervivencia que nos permite saber si estamos en peligro y nos indica que debemos tomar medidas para protegernos luchando o huyendo. Piensa en qué sucedería en tu cuerpo si un día, al ir a cruzar la calle, un coche estuviera a punto de atropellarte. Se desata una tormenta hormonal de adrenalina y cortisol en tu sangre que facilita que tu organismo se prepare para esa respuesta «Fight or Flight» y lo hace de manera totalmente automática, de forma muy rápida, instantánea.

  • ANSIEDAD
    La ansiedad Es parecida al miedo, especialmente en la parte física de cómo sentimos la emoción. Pero a diferencia del miedo, para que se desencadene una respuesta de ansiedad no tiene que haber un estímulo físico presente, basta con que lo recordemos o nos lo imaginemos. La ansiedad es funcional cuando nos prepara para el futuro, y en su justa medida puede ayudarnos a concentrarnos e incluso rendir mejor. La ansiedad tiene la función de que no te duermas en los laureles y que te prepares para cualquier situación inesperada que pueda resultar negativa para ti.

  • LA TRISTEZA
    Aparece de forma natural después de una pérdida o fracaso. También cuando hay mucha diferencia entre la vida que llevamos y la que desearíamos tener. Ejemplos claros de cuando esto sucede son la pérdida de un ser querido, la ruptura de una pareja, que nos despidan de un buen empleo, etc. Cuando la tristeza está presente nos señala la necesidad de parar, apartarse, retirarse para procesar esa pérdida, hacer un duelo. Esta emoción también alerta a los demás de que necesitamos apoyo. Piensa en lo que tú harías o sueles hacer, cuando ves a otra persona llorar. Generalmente nos acercamos y le preguntamos qué ocurre u ofrecemos nuestra ayuda. La tristeza es pues, una señal que acerca a los demás para que nos brinden su ayuda. Tiene una función social muy importante.

  • LA CULPA
    Surge espontáneamente cuando nos damos cuenta de que hemos cometido un error y especialmente cuando hemos herido a otras personas. Está muy relacionada con la vergüenza, pero ésta, como te contaré un poco más adelante tiene un mayor componente social. La culpa es una emoción tremendamente desagradable pero con una función maravillosa. Nos ayuda a ser mejores personas y refuerza nuestros vínculos sociales a través de la disculpa y la reparación del daño ocasionado.

  • LA VERGÜENZA
    Suele aparece para indicarnos que tal vez tenemos que poner mayor atención a nuestra conducta social. TAMBIÉN cuando fallamos a la hora de conseguir un objetivo personal Y EN CONSECUENCIA nos sentimos menos VALIOSXS QUE LXS DEMÁS. Como la tristeza, la vergüenza puede invitarnos a separarnos de los demás (ocultarnos incluso) para reflexionar sobre lo ocurrido Y a reconducir de alguna manera NUESTRA conducta social.

  • LA IRA
    Es la emoción natural que surge cuando nos sentimos perjudicadxs de alguna manera. También ocurre cuando sentimos que nos han obstaculizado alertándonos de que nuestros límites han sido sobrepasados y motivándonos a hacer algo al respecto. Es la emoción que te avisa de que quizá deberías defenderte, por eso suele venir siempre con una gran energía y por eso también es porque muchas veces la ira la emoción que se expresa de forma más descontrolada. Es todo un arte saber enfadarse cómo, cuando y con quien corresponde. Mientras que el enfado se gestione y canalice bien, no deberías sentirte mala persona por sentirlo. De hecho siempre digo que el enfado «es la parte de ti que más te quiere», porque te ayuda a defenderte cuando nadie más lo hace, porque le recuerda a todo el mundo que tú eres un ser digno que merece ser tratado con respeto.

  • LA ALEGRÍA
    Por su parte, la alegría y otras emociones que entran en el rango de lo agradable de sentir, surge como una señal indicativa de que estamos haciéndolo bien, que estamos consiguiendo permanecer en estado de bienestar. Es importante tomar nota también de cuándo aparecen estas emociones para fijarnos en qué cosas estamos haciendo cuando las sentimos. El objetivo es repetir más ese tipo de acciones, conductas o actividades. Todo lo que está relacionado con tu sensación de orgullo, vitalidad, calma, aceptación, gratitud, etc. es información valiosa para entender lo que realmente te importa de la vida o lo que es lo mismo: tus valores.

 

Uno de los objetivos más importantes de la Terapia de Aceptación y Compromiso es que las personas aprendan a tolerar mejor sus emociones incómodas y a responder de forma funcional y adaptativa a las experiencias emocionales intensas en lugar de esforzarse por controlarlas directamente, por querer suprimirlas o evitarlas. Si te niegas a sentir algunas de las emociones que he descrito ahí arriba, ¿cómo vas a obtener la información que necesitas para restablecer tu bienestar?

 

Y BIEN, ¿CÓMO PUEDO EMPEZAR A REGULAR MIS EMOCIONES?⁠

En la primera parte de este post, he intentado que quede claro que las emociones son una parte fundamental de la experiencia humana. Nos ayudan a conectar con nosotrxs mismxs y con lxs demás, nos ayudan a aprender y nos motivan a tomar decisiones y realizar cambios. Aun así, a veces las emociones pueden ser intensas, muy desagradables o difíciles de manejar. En estos casos, es importante aprender a regularlas de forma saludable, así que te voy a contar una serie de cosas que puedes tener en cuenta para empezar a gestionar mejor tus emociones.

Lo primero es entender qué es eso de la«regulación emocional». Pues mira, no es más que la capacidad de identificar, comprender y gestionar nuestras emociones. Es una habilidad, y como cualquier otra, se aprende practicándola. Gestionar las emociones implica en primer lugar ser conscientes de cómo nos sentimos, después que podamos averiguar las causas de eso que sentimos y poder visualizar las opciones que tenemos para responder a ello.

Es muy importante que estés en el momento de tu vida en el que estés, aprendas a regularte si aún no sabes. Regularte te va a ayudar a mantener un buen equilibrio emocional y serás menos propenso, estarás menos inclinada a experimentar emociones negativas intensas, como la ira, la ansiedad o la tristeza. Las sentirás únicamente cuando haya un claro motivo por el que debas sentirlas o lo que es lo mismo: serán emociones plenamente funcionales y te acompañarán solo puntualmente cuando sea preciso pero no invadirán el resto de tu vida de manera persistente y constante.
En segundo lugar, la regulación emocional te va a ayudar a construir relaciones saludables. Cuando somos capaces de comunicar nuestras emociones de forma saludable, somos más capaces de conectar con los demás y construir relaciones significativas.
Por último, la regulación emocional te ayudará a tomar mejores decisiones, porque serás capaz de pensar con más claridas y desde la calma, no desde la lucha con tus emociones que es cuando más probabilidades tienes de actuar por impulso realizando conductas que a la larga, en lugar de restaurar tu bienestar, podrían causarte un perjuicio.

 

PASOS PARA COMENZAR A REGULAR LAS EMOCIONES

Aprender a regular las emociones es un proceso, una habilidad que requiere de tiempo y práctica para ser desarrollada. Lo mismo que aprender a montar en bici o pintarte la raya del ojo. Recuerda que es mucho más importante la constancia y el compromiso que hacerlo todo a la perfección. Te vas a equivocar y vas a fallar y esto está bien, porque significa que estás en el proceso. Significa que estás aprendiendo.

  1. PASO 1: Identifica tus emociones. El primer paso para regular las emociones es ser consciente de cómo te sientes. Cuando te sientas confundida o agitado, tómate un momento para detenerte y reflexionar sobre lo que estás sintiendo. ¿Estás enojada, triste, ansioso o feliz?. Ayuda muchísimo llevar un registro o un diario en el que también puedas apuntar fechas, momentos, lugares, personas. Anotar qué sentiste, cómo lo sentiste y lo que hiciste al respecto te a a ayudar a entender mejor tus emociones, especialmente si después valoras tu gestión. Es decir, si dedicar un ratito a reflexionar sobre si lo que hiciste te sirvió o no tanto en el corto como el largo plazo. Se trata de ir aprendiendo si lo que haces te ayuda a estar bien o no.

  2. PASO 2: Comprende las causas de tus emociones. Una vez que hayas identificado tus emociones, es importante comprender las causas. ¿Qué ha desencadenado tus sentimientos? Una vez que entiendas las causas de tus emociones, podrás empezar a desarrollar estrategias para abordarlas. Los desencadentantes te ayudan a ver patrones, las cosas que se repiten. Cuando localizamos un patrón, estamos más cerca de conocer la causa de una emoción concreta. Además entender los antecedentes de una emoción nos permite también predecir lo que va a pasar en determinados contextos y así nos podremos anticipar o preparar mejor nuestra respuesta.

  3. PASO 3: Aprende técnicas de manejo del estrés. Ya sé que esto es muy genérico y que te lo vas a encontrar en todas partes, pero es que es muy básico, está en la base de los problemas emocionales. El estrés es un factor que puede desencadenar estados emocionales aversivos, por lo que aprender técnicas de manejo del estrés, como la respiración consciente, las técnicas clásicas de relajación o practicar una actividad física moderada como entrenar, puede ayudarte a reducir el estrés y mejorar tu capacidad para regular tus emociones.

  4. PASO 4: Busca apoyo si tu sola/o no puedes. Si tienes dificultades para regular tus emociones, a pesar de que has intentado poner en marcha por tu cuenta todas o algunas de estas estrategias, no dudes en buscar apoyo de un/a profesional de la salud mental. No hay por qué avergonzarse en ese sentido, estamos aquí para ayudar y lo hacemos con gusto y porque estamos firmemente convencidxs de que cuantas más personas seamos en el mundo gestionando bien nuestras emociones, más amable, humano y fácil será esto del vivir. Recuerda que los y las psicoterapeutas tenemos conocimientos científicos y estamos entrenados para ayudarte a llegar dónde tu solx no llegas, porque analizamos y modificamos tu conducta con protocolos basados en la ciencia cuyo funcionamiento está probado y requeteprobado. Te ayudamos a desarrollar estrategias de afrontamiento saludables y a abordar las causas subyacentes de tus problemas de regulación emocional en un tiempo medio que oscila entre los 6 y 8 meses.

 

COSAS QUE PUEDES HACER PARA QUE SEA MÁS FÁCIL REGULARTE EMOCIONALMENTE

  • Crea un espacio seguro para expresar tus emociones. Encuentra un lugar tranquilo donde puedas sentirte cómodx expresando tus emociones, sin miedo a ser juzgado, evaluada.

  • Ábrete con alguien de tu confianza. Hablar con un amigo, familiar o psicoterapeuta puede ayudarte a procesar tus emociones y encontrar formas saludables de abordarlas.

  • Escribe sobre tus emociones. Escribir sobre tus emociones puede ayudarte a comprenderlas mejor y a encontrar formas de expresarlas de forma saludable. Además, mientras las describes dejas de juzgarlas por lo que la lucha que mantienes con ellas desaparece durante unos minutos dándote el margen que necesitas para serenarte y transitarlas.

  • Practica la conciencia emocional plena. La conciencia emocional plena es la práctica de prestar atención a cómo te sientes en el momento presente sin juzgar, solo observando. Practicar con esta técnica puede ayudarte a estar más consciente de tus emociones y a responder a ellas de forma más equilibrada.

 

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