La metáfora del camaleón: un ejemplo para entender mejor a las personas con TLP

Soy muy fan de las metáforas. Son una forma más amable, más suave, más intuitiva de explicar y entender las cosas.
En terapia se utilizan porque abren la mente, ablandan la emoción, calman las tensiones y nos permiten imaginar lo que no existe. Una buena metáfora puede convertirse en un primer paso dentro del camino que supone iniciar un cambio.

En mi anterior post os hablé sobre la incomprensión que se practica con las personas que atraviesan por una época de su vida en la que la salud mental o el equilibrio personal flaquean. Incomprensión que se hace más patente si cabe en aquellas que sufren Trastorno Límite de la Personalidad (TLP). Por eso, para entenderlas mejor, me gustaría que hoy pensarais en ellas como si fueran camaleones.

Lo primero que tenéis que imaginar, es que intentan ADAPTARSE al medio y al resto de personas desesperadamente porque sienten que en ello les va la supervivencia. Pueden cambiar repentinamente de color si se sienten intimidados o amenazados. No se trata de una manipulación, sino de un intento de encajar en el entorno. Es un mecanismo de defensa para hacer frente a situaciones difíciles, aunque no siempre obtienen buen resultado porque con frecuencia eligen el color equivocado.

Los ojos de un camaleón se mueven en muchas direcciones y de forma independiente. Lo mismo ocurre con las emociones, pensamientos y conductas de las personas con TLP. Sienten, piensan y se comportan de forma DESAJUSTADA y generalmente contraria a lo que quieren transmitir, expresar o mostrar.

La lengua del camaleón ejemplificaría cómo SE AFERRAN a aquello que necesitan: la atención de los demás. 
Cuando una persona se encuentra tan mal y con tan poca esperanza, necesita agarrarse a la energía de los otros, y tiene tan poca confianza en sí misma que las propuestas de los demás son vistas como posibles soluciones a sus problemas. El resto del tiempo se mueve a cámara lenta, se siente desesperada, apática y vacía, a la espera de otra persona o situación que pueda aliviar su dolor, llenar su vacío o hacerla reaccionar.

Por eso te pido que no juzgues y que simplemente valides y acompañes a una persona TLP en su sufrimiento.
La terapia hará el resto, pero esto te lo contaré en otro post.

 
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