Psicología con perspectiva de género
¿Aluna vez te has pregintado si es necesaria la perspectiva de género en la práctica de la psicología o cualquier otra profesión? ¿Por qué debemos formarnos en “perspectiva de género” para ejercer mejor en nuestro desempeño laboral?
Realmente, en el ejercicio de la profesión, lxs psicólogxs ya aplicamos esa perspectiva de género. La cuestión es que aplicamos la perspectiva de género masculina o androcéntrica, la propia de la sociedad en la que hemos nacido y crecido. Como psicólogos y psicólogas esa sociedad patriarcal, androcéntrica, no nos es ajena, sino que forma parte de nuestra manera de dotar de significado a la realidad. Si ignoramos lo que implica la categoría del género, estaremos contribuyendo a perpetuar el patriarcado y la desigualdad de género. Así que estaría bien tener la mente abierta y preguntarnos por todo lo que significa el género, lo que implica introducir la perspectiva de género en nuestra profesión y la importancia de factores como la coeducación como práctica fundamental para promover el cambio real a una sociedad más equitativa, más justa y libre de la violencia machista.
Quiero ser rápida y directa: si quieres practicar la psicología o cualquier otra profesión con perspectiva de genero, lo primero que tienes que hacer es leer algo sobre la historia del feminismo y las distintas clases de feminismo que han existido y existen. Necesitas tener esa visión global. Para animarte a ello, te voy a dar unos datos que la periodista y profesora de la UOC, Ana Isabel Martínez Bernal, recogeen su libro «No manipuléis el feminismo» (2019), que nos permiten realizar un retrato de la desigualdad estructural que existe por razones de género:
En España hay contabilizadas más de mil mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas desde 2003, según las estadísticas oficiales.
En España se denuncia una violación cada cinco horas, según el Ministerio de Interior. En México esta cifra baja hasta los40 minutos.
El 70 % de los trabajos a tiempo parcial lo desempeñan mujeres.
Entre 2008 y 2015, casi 2.500 mujeres han denunciado situaciones de acoso sexual laboral, prácticamente una al día.
A final de año y como consecuencia de la brecha salarial, las mujeres trabajan gratis unas 52 horas anuales y cobran un 30% menos que los hombres.
Una de cada 10 mujeres de la Unión Europea admite haber sufrido ciberacoso con la recepción de mensajes sexualmente explícitos y ofensivos.
Se estima que no se alcanzará la igualdad de género hasta 2186. Y si hablamos a escala planetaria:
Las mujeres y niñas suponen el 71% de víctimas de la trata, el 75% cuando se trata de víctimas infantiles de explotación sexual.
Más de 200 millones de niñas han sufrido la ablación del clítoris, la mayoría antes de los 5 años.
Más de 15 millones de niñas y adolescentes han sido víctimas de relaciones sexuales forzadas, y 9 de cada 10 denuncian abuso sexual con personas de su entorno, según Unicef.
Hay países en los que aún existe el matrimonio forzado. Como en Estados Unidos, donde se producen cada año casi 13.000 matrimonios con niñas menores en estados en los que es legal.
Las mujeres han sido siempre las principales víctimas violadas en todos los conflictos y guerras del mundo.
Al final la reflexión es que es nuestra responsabilidad como mujeres no sólo pedir la igualdad, sino construirla en el día a día. Por eso es tan importante que con nuestros actos y acciones cotidianas apliquemos la perspectiva de genero a todo aquello en lo que nos implicamos, también en la práxis de nuestra profesión sea esta cual sea. Te animo a intentarlo hagas lo que hagas, te dediques a lo que te dediques. Depende de ti y de mi, de nosotras 💜