¿POR QUÉ ME CUESTA TANTO SER ASERTIVA?
La comunicación interpersonal es un aspecto fundamental de nuestra existencia. Desde nuestras interacciones más triviales hasta las relaciones más significativas, la manera en que nos comunicamos influye enormemente en la calidad de nuestra vida. Saber comunicarnos de manera asertiva y efectiva en la vida cotidiana influye directamente en la construcción y mantenimiento de relaciones de todo tipo (familiares, amistosas o románticas). La capacidad de expresar pensamientos, sentimientos y necesidades de manera clara y respetuosa es esencial para crear vínculos sólidos y duraderos. La buena comunicación ayuda a evitar malentendidos, resolver conflictos y fortalecer la conexión emocional entre las personas.
También tiene un impacto muy directo en la salud mental y el bienestar emocional. Poder expresar lo que sentimos y pensamos de manera abierta y sincera nos permite liberar tensiones, reducir el estrés y evitar la acumulación de emociones displacenteras. Además, ser escuchadas y comprendidos por los demás nos brinda una sólida sensación de apoyo y validación.
Comunicarse de forma asertiva puede ser clave en la resolución constructuva de conflictos. Una buena comunicación permite abordar los problemas de frente, encontrar soluciones mutuas y evitar que los conflictos escalen o se perpetúen.
En el entorno laboral, la comunicación interpersonal es vital para el éxito profesional y la productividad. Comunicarse de manera clara y efectiva con colegas, supervisores y clientes ayuda a evitar errores, mejorar la colaboración y fomentar un ambiente de trabajo positivo. Las habilidades de comunicación también son fundamentales para el liderazgo, la negociación y la toma de decisiones.
No podemos olvidar que la comunicación asertiva también tiene un gran impacto en nuestro desarrollo y crecimiento personal. Basarnos en este estilo, nos permite aprender de los demás, intercambiar ideas y expandir nuestro conocimiento. Participar en conversaciones significativas y debates constructivos fomenta sin duda el desarrollo personal y nos ayuda a crecer tanto intelectual como emocionalmente.
Finalmente, el saber comunicarnos bien también ayuda en la prevención de malentendidos y rumores, ya que ser capaz de comunicar de manera directa y transparente ayuda a evitar estos problemas y a mantener relaciones más armoniosas y honestas en general.
Como ves, la comunicación interpersonal es una habilidad esencial que impacta todos los aspectos de nuestra vida. Desde la construcción de relaciones saludables hasta el éxito profesional y el bienestar emocional, saber comunicarnos de manera efectiva es crucial para llevar una vida plena y satisfactoria. Desarrollar y mejorar nuestras habilidades comunicativas no solo nos ayuda a expresar mejor nuestras ideas y sentimientos, sino que también nos permite entender y conectar mejor con los demás, creando así un entorno más armonioso y cooperativo en nuestra vida cotidiana.
Existen 4 tipos de conducta interpersonal: asertivo, pasivo, pasivo-agresivo y agresivo. Para entender mejor estos estilos de comunicación, es útil considerar dos variables: si la conducta es abierta (manifiesta) o encubierta, y si la intención de la conducta es encontrar una solución beneficiosa para todos o simplemente dañar, coaccionar o castigar a las otras personas para obtener así un beneficio personal.
Veamos cómo son estas combinaciones:
Comunicación Asertiva
Conducta abierta o manifiesta
No pretende castigar o hacer daño
La comunicación asertiva es un estilo de comunicación en el que una persona expresa sus pensamientos, sentimientos y necesidades de manera clara, directa y respetuosa. Las personas asertivas defienden sus derechos sin violar los derechos de los demás, lo que facilita la resolución de conflictos y fomenta relaciones basadas en el respeto mutuo y la comprensión. Este estilo de comunicación permite a las personas expresar sus opiniones y deseos de manera honesta, sin recurrir a la agresividad ni a la pasividad.
Ejemplo de Comunicación Asertiva en la Vida Cotidiana: Imagina que estás en el trabajo y uno de tus colegas siempre te interrumpe durante las reuniones, lo que te impide expresar tus ideas completamente. Para abordar esta situación de manera asertiva, podrías decirle lo siguiente en privado: “Pedro, me gustaría hablar contigo sobre algo que he notado en nuestras reuniones. Me doy cuenta de que a veces me interrumpes cuando estoy hablando y eso me dificulta compartir mis ideas completamente. Entiendo que quizás no lo haces intencionalmente, pero te agradecería mucho si pudiéramos encontrar una manera de permitir que todos terminen de hablar antes de intervenir. Así, creo que nuestras discusiones serán más productivas para todos.” En este ejemplo, se observa cómo la persona expresa sus sentimientos y necesidades de manera clara y respetuosa, sin culpar ni atacar a su colega, buscando una solución que beneficie a todos.
Comunicación Pasiva
Conducta encubierta
No pretende castigar o hacer daño
La comunicación pasiva es un estilo de comunicación en el que una persona evita expresar sus pensamientos, sentimientos y necesidades. Las personas que se comunican de manera pasiva tienden a ceder ante los deseos de los demás y evitan el conflicto, incluso a costa de sus propios derechos y necesidades. Son personas con patrones de conducta complacientes. Este estilo puede llevar a la acumulación de ira, resentimiento y frustración, ya que sus necesidades no son atendidas y se sienten incapaces de influir en la situación.
Ejemplo de Comunicación Pasiva en la Vida Cotidiana: Imagina que estás en un restaurante con un grupo de amigos y el camarero trae un plato que no es el que pediste. En lugar de decir algo al respecto, decides no mencionar el error y te comes el plato incorrecto: “Bueno, no es lo que pedí, pero no quiero causar problemas. Supongo que está bien, me lo comeré de todas formas.” En esta situación, la persona evita expresar su descontento con el error del pedido por miedo a causar molestias o inconvenientes. Aunque se siente insatisfecha, prefiere no confrontar la situación, lo que podría llevar a un sentimiento de frustración y al resentimiento hacia el servicio del restaurante.
Una forma asertiva de abordar esta situación podría ser: “Disculpa, parece que ha habido un pequeño error con mi pedido. Yo pedí salmón con espárragos, pero me trajeron un sal. ¿Sería posible cambiarlo por el plato correcto? Estoy seguro de que fue solo un malentendido, gracias.”
Comunicación Pasivo-Agresiva
Conducta encubierta
Pretende castigar, manipular o hacer sentir mal
La comunicación pasivo-agresiva es un estilo de comunicación en el que una persona expresa sus sentimientos incómodos de manera indirecta o encubierta. Este estilo combina la evitación del conflicto directo con la expresión de hostilidad o resentimiento de manera disfrazada. Las personas que utilizan este estilo pueden manifestar su enfado o frustración a través de sarcasmo, procrastinación, comentarios irónicos o comportamientos pasivos que sabotean indirectamente la situación.
Ejemplo de Comunicación Pasivo-Agresiva en la Vida Cotidiana: Imagina que trabajas en un proyecto en equipo y uno de tus compañeros habitualmente llega tarde a las reuniones, retrasando el progreso del trabajo. En lugar de abordar directamente el problema, decides responder de manera pasivo-agresiva: Durante la reunión, cuando tu compañero llega tarde de nuevo, dices con un tono sarcástico y una sonrisa falsa: “¡Ah, genial, parece que hemos decidido que comenzamos 20 minutos tarde ahora! No es como si tuviéramos cosas importantes que hacer, ¿verdad?”.
En esta situación, la persona expresa su frustración de manera indirecta utilizando sarcasmo y una actitud falsamente positiva. Aunque el mensaje superficial puede parecer aceptable, el tono y la ironía transmiten claramente una falta de aprecio hacia el comportamiento del compañero, lo que puede crear tensiones y malentendidos en el equipo, por no hablar de que no soluciona el problema inicial.
Una forma asertiva de abordar esta situación podría ser: “Quería hablar contigo sobre algo que he notado en nuestras reuniones. He notado que a veces llegas unos minutos tarde, lo cual a veces nos retrasa. Entiendo que a veces pueden surgir imprevistos, pero me gustaría que pudiéramos comenzar puntualmente para asegurarnos de aprovechar mejor nuestro tiempo juntos. ¿Podemos discutir cómo podemos asegurarnos de comenzar a tiempo en el futuro?”
Comunicación Agresiva
Conducta abierta o manifiesta
Pretende castigar, manipular o hacer sentir mal
La comunicación agresiva es un estilo de comunicación en el que una persona expresa sus pensamientos, sentimientos y necesidades de manera directa, pero de una forma que viola los derechos de los demás. Este estilo se caracteriza por ser dominante, confrontativo, crítico y desconsiderado hacia las opiniones y sentimientos de los demás. Las personas que utilizan este estilo tienden a imponer sus puntos de vista y prioridades sin tomar en cuenta las necesidades o deseos de los demás, a menudo usando amenazas verbales, insultos o comportamientos intimidantes.
Ejemplo de Comunicación Agresiva en la Vida Cotidiana: Imagina que estás en casa con tu pareja y surge una discusión sobre los planes para el fin de semana. Tu pareja expresa su deseo de salir con amigos, pero tú prefieres quedarte en casa juntos. En lugar de discutir tus puntos de vista de manera calmada, respondes de manera agresiva: “¡No entiendo por qué siempre tienes que hacer lo que te da la gana! No te importa cómo me siento ni lo que quiero hacer. Siempre tienes que salirte con la tuya sin importarte cómo me afecta.” En este ejemplo, la comunicación agresiva se manifiesta a través de críticas personales, tono elevado y una actitud dominante. Este tipo de comportamiento puede aumentar la tensión en la relación y dificultar la comunicación efectiva y el compromiso mutuo en la toma de decisiones.
Una forma asertiva de abordar esta situación podría ser: “Entiendo que quieres salir con tus amigos este fin de semana, y valoro tu deseo de socializar. Al mismo tiempo, me gustaría expresar que prefiero pasar tiempo juntos en casa, ya que eso me ayuda a relajarme y a sentirnos más conectados. ¿Podríamos encontrar un compromiso que nos permita satisfacer ambas necesidades? Por ejemplo, podríamos salir el sábado por la tarde y luego disfrutar de la noche en casa juntos.”
LA GESTIÓN EMOCIONAL Y POR QUÉ NO ES TAN FÁCIL SER ASERTIVA/O EN LA VIDA COTIDIANA
Hasta aquí todo bien. Eres capaz de entender y reconocer estos 4 estilos de comunicación, pero a pesar de que ves muy claro cómo deberíamos afrontar las situaciones a nivel de comunicación asertiva, no puedes evitar seguir comiéndote el plato que no pediste en el restaurante, responder con sarcasmo ante una actitud que no te gusta en el entorno laboral o tener broncas constantes con tu pareja añadiendo más dolor emocional a tu falta de conexión o vida en común. ¿Por qué diantres ocurre esto?
La gestión emocional juega un papel crucial en la elección de los estilos de comunicación que utilizamos en nuestras interacciones diarias. No, no es que no sepas diferenciar entre los distintos estilos de comunicación, tampoco es que seas un ser humano abominable que aún sabiendo lo que es comunicarse de manera asertiva, conscientemente y a mala leche eliges comportarte de manera pasiva, pasivo-agresiva o agresiva. Tampoco tiene mucho que ver el que tengas más o menos habilidades sociales y de comunicación. He conocido a personas con sobrados recursos en estas áreas que se siguen comiendo el salmorejo en el restaurante.
Entonces, ¿qué es lo que está pasando?. Pues la mayor parte de las veces lo que sucede es que de forma más o menos automática, elegimos comportarnos de forma pasiva, pasivo-agresiva o agresiva por que hacerlo de manera asertiva nos obligaría a afrontar emociones que nos resultarían incómodas y sobre las que tenemos creencias disfuncionales del tipo “no lo podré soportar”, “esto me va a superar”, etc.
A continuación te voy a enumerar algunas dificultades emocionales por las que atravesamos las personas a la hora de tener comportamientos más asertivos. De algunas de ellas somos más conscientes y de otras, por su naturaleza automática, un poquito menos:
Miedo al Conflicto: Muchas personas tienen miedo al conflicto y prefieren evitar confrontaciones directas para evitar tensiones o posibles consecuencias negativas en las relaciones personales o profesionales. Optan por la comunicación pasiva para evitar confrontaciones directas que puedan resultar incómodas o amenazar la armonía superficial.
Inseguridad y Autoestima Baja: Las personas con baja autoestima pueden sentirse menos capaces de expresar sus necesidades y opiniones de manera asertiva. Temen no ser escuchadas o respetadas, lo que las lleva a adoptar comportamientos pasivos o pasivo-agresivos como una forma indirecta de expresar su insatisfacción o resentimiento.
Carga Emocional del Momento: En situaciones emocionalmente cargadas, como discusiones con la pareja o situaciones tensas en el trabajo, es común que las emociones intensas como el enojo, la frustración o la tristeza dominen nuestra capacidad de manejar la comunicación de manera efectiva. Esto puede llevarnos a respuestas de corte impulsivo y no asertivas.
Miedo al Rechazo o la Crítica: Algunas personas pueden preocuparse excesivamente por cómo serán percibidas o por las posibles reacciones de los demás si expresan sus opiniones o necesidades de manera asertiva. El temor a ser rechazados, criticados o malinterpretados puede llevarnos a adoptar estilos de comunicación menos directos y más evasivos como la pasividad o la pasivo-agresividad. La auto-protección emocional sería, en esos momentos, prioritaria sobre la búsqueda de una comunicación efectiva.
Patrones de Comportamiento Aprendidos: A lo largo de la vida, las personas pueden haber aprendido e internalizado patrones de comunicación pasiva, pasivo-agresiva o agresiva debido a modelos de comportamiento observados en sus familias, entornos sociales o culturales. Estos patrones pueden ser difíciles de cambiar incluso cuando se reconoce que la comunicación asertiva sería más beneficiosa.
Emociones Intensas y Reactividad: En momentos de estrés, frustración o enojo, las emociones intensas pueden desencadenar respuestas reactivas que se manifiestan como agresividad o pasivo-agresividad. La dificultad para manejar estas emociones puede llevar a respuestas de comunicación poco efectivas, donde la expresión de las emociones prevalece sobre la resolución constructiva del problema.
UNA BUENA GESTIÓN EMOCIONAL ES LA LLAVE PARA SER MÁS ASERTIVA-0, PERO ADEMÁS…
Parece bastante claro que una buena gestión emocional estaría estrechamente relacionada con la mejora de la comunicación asertiva, y ambos aspectos tienen un impacto positivo significativo en nuestra percepción de autoeficacia y autoestima. Voy a explicarte un poquito cómo se relacionan estos elementos y cómo se refuerzan mutuamente:
En cuanto a la relación que existe entre una buena gestión emocional y la capacidad de comunicarte asertivamente se ha observado que:
Autoconciencia y etiquetado emocional: Una buena gestión emocional comienza con la capacidad de reconocer y entender nuestras propias emociones. Cuando somos conscientes de nuestras emociones y de cómo influyen en nuestro comportamiento y pensamientos, empezamos a responder de manera más consciente y deliberada en las interacciones sociales.
Regulación emocional: La habilidad para regular nuestras emociones es fundamental para mantener la calma y la claridad mental en situaciones de estrés o conflicto. La regulación emocional nos permite manejar las emociones intensas de manera constructiva, evitando respuestas impulsivas o reactivas que podrían interferir con una comunicación efectiva.
Empatía y escucha activa: Una gestión emocional efectiva facilita el desarrollo de la empatía hacia los demás y la capacidad de practicar una escucha activa. Estos elementos son cruciales en la comunicación asertiva, ya que nos permiten entender las perspectivas y sentimientos de los demás, y responder de manera empática y respetuosa.
Expresión asertiva de límites, necesidades y opiniones: Cuando gestionamos nuestras emociones de manera efectiva, somos capaces de expresar nuestras necesidades, opiniones y límites de manera clara y directa sin sentirnos abrumados por el miedo, la ira o la ansiedad. Esto promueve una comunicación asertiva donde podemos defender nuestros derechos sin infringir los derechos de los demás.
Mejora de la Autoeficacia y la Autoestima
Percepción de autoeficacia: La práctica de la comunicación asertiva y la gestión emocional exitosa refuerzan nuestro sentido de eficacia personal. Cuando experimentamos cómo nuestras habilidades y acciones pueden influir positivamente en nuestras interacciones y relaciones, desarrollamos confianza en nuestra capacidad para enfrentar desafíos y lograr metas. Es por ello que aumentan la…
Autoaceptación y autovaloración: O lo que es lo mismo, la autoestima. La comunicación asertiva implica el reconocimiento y la defensa de nuestros derechos y necesidades de manera respetuosa hacia nosotros mismos y hacia los demás. Esto promueve una mayor autoaceptación y autovaloración, ya que nos sentimos más seguras, ciertos de nuestra capacidad para expresarnos y ser comprendidas o entendidos sin temor a la crítica o al rechazo.
Resiliencia y Manejo del Estrés: Una comunicación asertiva efectiva y una gestión emocional adecuada ayudan a desarrollar habilidades de resiliencia y manejo del estrés. Esto nos permite afrontar situaciones desafiantes con mayor confianza y adaptabilidad..
Como te decía hace un rato, no, no eres un ser horrible que elige conscientemente hacer las cosas mal. Tampoco eres una inútil o un incompetente al ver que una determinada situación te sobrepasa y te tienta responder de forma automática ante ella. Sólo necesitas un poquito de entrenamiento en gestión emocional para poner en práctica esas formulas de comunicación asertiva que parecen tan fáciles sobre el papel, pero que son tan difíciles de llevar a cabo cuando una situación real nos resulta tensa o incómoda.
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